Las drogas, los excesos y las fiestas han sido parte de mi vida, una gran parte de ella a estado el desenfreno. Esto me ha llevado a estar en 2 centros de rehabilitación, sin ir más lejos, estas palabras están siendo escritas desde uno.
Dentro de mis inseguridades y problemas sexuales, las drogas eran potenciadores o excusadores de rendimiento (Según lo que pensaba), un poco de alguna droga o pastilla podría darme la seguridad que necesitaba para sentirme bien en el acto sexual, durar más, mayor erección, mejor recuperación, etc.. sobre todo con alguna compañera nueva. (Potenciador)
Cuando abusaba de la sustancia (no detallaré drogas para no incentivar) y el efecto buscado no era el esperado me excusaba por el mismo consumo mi mal rendimiento, el peligro de las inseguridades es que buscamos muletas que nos ayuden a avanzar con seguridad, así conocí el famoso sildenafil, el componente de la pastillita azul o viagra mundialmente conocido.
En ese entonces estaba muy alejado de el mindful sex, pensando en rendimiento y orgasmos.
El sildenafil y el abuso no son amigos
«El Viagra fue creada para hombres de más de 50 años que tenían problemas a la hora de mantener relaciones sexuales, pero con el tiempo se ha extendido su uso y hoy en día muchos jóvenes de entre 18 y 30 años la utilizan para mejorar su rendimiento aunque éste ya sea de por sí óptimo.
Un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine, realizado en población argentina concluyó que 21,5% de los hombres sanos de entre 18 y 30 años había utilizado el sildenafil como droga recreacional, sin control médico.
El problema viene también cuando estos jóvenes deciden tomarla después, o durante, una larga noche de alcohol y bebidas energéticas para asegurarse de que la erección no falle, aunque también son muchos los que la utilizan en la primera cita por miedo a que los nervios les jueguen una mala pasada.»
El problema y mi solución
Lo que no saben es que la pastillita mágica, a la larga, puede ser su peor enemiga: impide el aprendizaje del autocontrol sexual, genera dependencia y, finalmente, provoca trastornos que antes no existían y mezclando inseguridades y drogas … bueno entenderán desde mi posición a que me refiero.
La búsqueda de mi plenitud sexual, combatir mis inseguridades y creencias estúpidas de que una pastilla arreglaría el problema me llevo a el exceso de drogas y pastillas, pero solo combatía un problema creado en mi mente y superarlo solo bastaba con generar conversación, atención plena, empatía y responsabilidad de mi placer sanamente.
Conversar con tu compañera, abrirte, dejar que entre en tu intimidad con la recepción de cariño y amor es una sensación magnifica, todo fluye y es mucho mejor todo, y no solo sexualmente.
Frente a esto el Mindful Sex me ayudó a eliminar mi inseguridad, centrarme en el camino y no en el final, alejar mi intensa búsqueda del orgasmo y rendimiento, y concentrarme a vivir el momento presente, sin expectativas y logré tener una sexualidad sana, conversada, con empatía y amor.
¿También has luchado con el sexo, el placer y la intimidad? Si no te sientes cómodo compartiendo, ¡nos encantaría tu ayuda para crear un espacio de solidaridad en los comentarios a continuación! 💛